dilluns, 17 d’agost del 2009

:)


Estaría mintiendo si dijese que el último día no me puse a llorar. Y lo hice porque le tengo un pánico a la rutina que es superior a mí. Sólo de pensar que volvería al mismo sitio de siempre, con todo lo de siempre, me hacía poner la piel de gallina, y os aseguro que por mucho que no quieras pensar en algo, hay cosas inevitables.
Odio saber lo que voy a hacer cada día sin haberlo pensado antes, y odio que todo siga igual a como me fui. Unos días más, unos días menos, pero al final (que es lo que cuenta) todo sigue una misma linia recta que me está atando cada vez más por tener tan pocos altibajos.
Menos mal... menos mal que confío en ti y espero que vuelvas a causar alguna emoción, por pequeña que sea, para hacer que las cervezas tengan un sabor diferente y los días sin hacer nada y aburridos pasen a ser días hechos especialmente para hacer algo.

2 comentaris:

  1. ¿Sabes una cosa? La rutina es una mierda. ¡Menos mal que confías en alguien que te haga escapar de ella!

    Se te echaba de menos, Laia. Bienvenida de nuevo =)

    ResponElimina
  2. Dame 2 semanas y yo te sacaré de la rutina :)

    ResponElimina